Petróleo en la Albufera de Valencia

Carlos N. / WOLF

La sombra amenazante de las prospecciones petrolíferas vuelve a planear sobre la costa valenciana, y lo que es más grave, sobre dos parajes naturales de alto valor ecológico. Y es que el Ministerio de Industria confirmó ayer que la empresa Cairn Energy (antigua Medoil) ha pedido un nuevo permiso para buscar petróleo en las inmediaciones de las islas Columbretes. 

Esta nueva solicitud se une así a la que la misma compañía había solicitado tiempo atrás para hacer lo propio frente al parque de la Albufera. Desde Industria no descartaron la concesión de los servicios al explicar que «los permisos son sólo para investigar y el expediente se está tramitando con arreglo a lo que dicta la ley».

Ante esta situación, la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, mostró ayer su «total oposición a la autorización de los permisos solicitados». Además, denunció que «nadie en el Ministerio nos ha informado pese a haberles llamado por teléfono y pese a que nos prometieron que lo harían ante cualquier novedad». Por este motivo, a través de una moción exigió «toda la información sobre este tema a la mayor brevedad posible».

En este sentido, la Conselleria de Medio Ambiente también se mostró radicalmente en contra de las prospecciones. Por su parte, el diputado socialista, Francesc Signes, explicó que «la preservación natural debe estar por encima del petróleo».

Los Verdes lo consideran "un acto temerario" 

El eurodiputado de Los Verdes, David Hammerstein, ha calificado las posibles prospecciones en Columbretes de «temerarias», al igual que las de la Albufera. Según ha explicado, «usan un sónar cuyo ruido puede dañar a los cetáceos, aparte de los derrames de petróleo, que son inevitables». Por este motivo, «pediré a la Comisión Europea que investigue ambas acciones».

Si el gobierno español da el permiso para que extraigan petróleo de la Albufera estarían cayendo en un grande error y en una gran hipocresía, porque ellos mismos abogan por las energías alternativas cuando están dando permisos para que continúe el uso del petróleo, es decir, más contaminación... Me río yo del amor a la Naturaleza que hay en este país y en el mundo. Desde el momento en que le ponen una zanahoria delante, el burro tira loco y lanza coces contra los naturales. La zanahoria es contaminante, por supuesto, pero al burro poco o nada le importa. Luego un burro mayor saldrá diciendo que lo de la contaminación es mentira, un engaño y bla, bla, bla. Mientras todo se deteriora le echarán culpa a otras cosas y de todas formas esto va a acabar algún día.

El negocio del petróleo nos esclaviza, nos ata a no poder ser naturales. La gran máquina, la loca locomotora burra se desboca irrefrenable. Dinero y ambición se frotan las manos y bajo sus pies el lodo sobre el que montan sus imperios se hace cada vez más movedizo. Pero no lo ven o no lo quieren ver. Están demasiado ciegos por el egoísmo.