Muchos todavía nos estamos preguntando si la crisis económica la tenemos encima o todavía está por llegar. Cierto es que, la economía capitalista está en un bache que posiblemente le haga salir de la carretera o por lo menos reventar una rueda y replantear la forma de conducir el automóvil (economía) por la carretera (mundo y tiempo).
Las finanzas, es decir, el brazo físico de la economía capitalista, llevan ya 30 años aplicando sus tesis sobre un mundo liberal donde los estados no han sido capaces, ni han querido serlo, de entrometerse en nada para frenar las formas y fines de los verdaderos amos del mundo, los lobbies que controlan el gran capital.
El liberalismo es el brazo ideológico del capitalismo, personajes muchos de ellos adinerados, de familias pudientes y con estudios que lavan los cerebros de los conciudadanos haciéndoles entender que el capitalismo es el mejor sistema económico que existe y que el liberalismo democrático el mejor sistema político.
Estos lobbies instalados en todas las bolsas del mundo sólo tienen un único fin, el beneficio, y utilizan principalmente unas pocas armas: el crédito, la usura y el chantaje principalmente.
Pero primero para entender la raíz del problema, hay que entender que cosmovisión tiene un capitalista del mundo del trabajo, o como ellos mejor denominarían, el mundo de los negocios o finanzas. Ellos sólo quieren conseguir dinero con dinero, es decir, rehúsan doblar el lomo como un trabajador normal. Los capitalistas por su parte dicen que cualquier persona puede hacer lo mismo que ellos, pero claro, necesitas una inversión inicial importante que un modesto trabajador no posee y contactos para saber donde depositar el dinero para no perder beneficio. Ninguno de estos dos factores los tienen la gran mayoría de ciudadanos. Para llegar al club selecto y más ambicioso y codicioso del capitalismo, hay otro factor que influye de una manera determinante: tu apellido.
Después de este pequeño esquema, hay que entrar en la verdadera trampa del capitalismo. Ellos no arriesgan su dinero para conseguir más, sino que arriesgan los ahorros de los trabajadores. Su dinero está bien guardado en cuentas de las tan famosas Islas Caimán donde encima no pagan los impuestos que los trabajadores sí pagamos a nuestros respectivos estados. En momentos de supuesta bonanza económica para el sistema, todo funciona bien porque los trabajadores no tocan sus ahorros, sólo piden créditos, que es donde ellos introducen su segunda arma. El problema surge cuando debido a la ley económica que ellos han impuesto en el mercado (oferta y demanda), y su afán de dejar dinero a insolventes para arañarles beneficios, se producen impagos de créditos. Los impagos de créditos hacen crecer la oferta del producto impagado, el producto pierde valor, con lo cual ellos no pueden recuperar el dinero que habían dejado al cliente. Esto es lo que ha pasado en EEUU.
La pregunta seria... Que tiene que ver esto con los bancos europeos o españoles?... La respuesta es sencilla:
Muchos de los bancos americanos que prestaban dinero a posibles insolventes no poseían el capital que iban a dejar para el préstamo, y lo pedían a otro banco sea europeo, el cual aplicaba unos intereses al préstamo y el primer banco más intereses al posible insolvente. Esta es una situación insostenible que se va acumulando y que revienta de golpe quebrando varios bancos a la vez. Muchos de ellos con sus ganas de multiplicar beneficios no prevean estas situaciones, están encegados. Las hipotecas (préstamos sobre inmuebles) americanas funcionaban así, y ahora miles de trabajadores han entregado las llaves de sus casas diciendo: para usted señor banquero usurero.. y esto ha provocado una crisis que comenzó hace un año y ha ido rebotando hasta extenderse mundialmente.
Los expertos califican esta situación como una falta de liquidez en el sistema, es decir, no hay billetes, están invertidos en quién sabe donde, y el resto están en las cuentas de las Islas Caimán que son precisamente las cuentas de los culpables de todo. Los bancos al verse en esta situación amenazan a los estados.
Cuando cierran los bancos, éstos son vendidos al mejor postor, pero ya en ese momento todos los ahorros que tenían los clientes se pierden, teniéndolos que cobrar y no todos del fondo de garantía, es decir, del estado (pagándolo entre todos los trabajadores cabe remarcar).
Eso sí, las hipotecas en España van relacionadas a personas e inmuebles, si el banco quiebra el pagador sigue pagando, tienen la sartén cogida por el mango.
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