viernes, 28 de noviembre de 2008

Un juez que habla alto y claro

IDEAL / EFE / MSR-INFO / WOLF

El juez de Menores del Juzgado de Granada, Emilio Calatayud, consideró ayer que la polémica suscitada en torno a la retirada de los crucifijos del colegio público Macías Picavea, de Valladolid, «demuestra una inmadurez de los políticos y de los que gobiernan».

En declaraciones a los medios de comunicación, el magistrado, conocido por sus sentencias en favor de la reinserción de jóvenes con trabajos sociales, ha comentado que somos un Estado aconfesional y «que si el Gobierno nos quiere convertir en laicos que lo diga claramente, cambie la Constitución y lo haga».

Calatayud ha señalado que no entra en la oportunidad o no de que haya crucifijos en los colegios, aunque ha señalado que si se quiere un Estado laico en toda su extensión «que quiten también las Navidades, la Semana Santa y las fiestas de guardar».

Según el magistrado, estamos en un país aconfesional y «hay mecanismos legales para decidir a favor o en contra de este asunto, pero realmente estamos perdiendo los papeles en muchas cosas».

Para Calatayud, que ha pronunciado una conferencia en la Universidad Pontificia de Salamanca, en este momento «hay problemas mucho más serios en este país que cuestionarnos los crucifijos».

En este sentido, ha agregado que «son cuestiones orquestadas para que nos olvidemos de lo que realmente nos preocupa que es la situación económica que tenemos»

Los políticos se agarran al laicismo (no a lo laico) y no le ponen la placa a la Madre Maravillas, pero ellos tienen vacaciones en Navidad, Semana Santa y La Purísima. Celebran sus hijos la primera comunión, porque asisten a un colegio religioso y las bodas en la iglesia quizá por la "fanfarria del local". Que lo eliminen, pero también al velo islámico que es un signo religioso... pero eso no, porque nadie se atrevería a contradecir al recién venido... por aquello del "dialogo de civilizaciones". Seamos consecuentes y eliminemos el "día de la Cruz" y la asistencia a funerales religiosos, que debieran de ser privados y tantos casos que no concuerdan con su "claridad mental".

Una vez más, este juez da una muestra de cordura en esta España de descerebrados, algunos políticos y colegas de profesión que sólo buscan protagonismo con sus estrafalarias ideas debían tomar nota. Cada día admiro más al señor Calatayud por su coherencia, honestidad y valentía de llamar a las cosas por su nombre.

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