viernes, 31 de octubre de 2008

20 años y 12.000 sueños muertos

20 MINUTOS / D. FERNÁNDEZ / JUANMA LÓPEZ / MSR-INFO / WOLF

"Fue penoso, trágico, morir por buscar un mundo mejor". Quien habla así es Antonio Ruiz, de 62 años. El 1 de noviembre de 1988 era alcalde de Tarifa (Cádiz). Ese día, su pueblo adquirió fama internacional. Una patera con 23 inmigrantes marroquíes a bordo naufragó en la playa de Los Lances. Sólo cinco sobrevivieron para contarlo. Otros 18 murieron ahogados. El mar fue devolviendo poco a poco, día tras día, los cadáveres de once de ellos.

Fue el primer naufragio de una patera con víctimas conocido en España. Veinte años después, la historia se ha repetido en innumerables ocasiones. Más de 158.000 inmigrantes han arribado a nuestras costas en estas dos décadas, según los datos de Interior, y otros 11.800 se han dejado la vida en el camino, según la ONG No Fortress Europe. Los tres últimos ayer miércoles, en La Gomera. Sus cuerpos llegaron en un cayuco junto a 125 subsaharianos.

"La tragedia de la inmigración se ha convertido en algo desgraciadamente cotidiano", señala a 20 minutos el periodista Ildefonso Sena. En 1988 vivía en Tarifa y fue el único reportero que esa mañana acudió a la playa de Los Lances.

Con su cámara retrató para la historia el cadáver de uno de los marroquíes. "La mañana era fría. Yo estaba allí cuando llegó la Guardia Civil. Como me defendía en francés, hice de intérprete".

Pagaron 35.000 pesetas

Cinco magrebíes habían sobrevivido para contarlo. Fueron encontrados por la Benemérita, tiritando y sin papeles, en la N-340. Habían salido la tarde anterior de una playa de Tánger (Marruecos) en una patera de 5,5 metros. Cada uno de ellos pagó 35.000 pesetas por el viaje.

"Llegaron a Tarifa y la proximidad de las luces de la costa les hizo pensar que estaban ya cerca. Saltaron al agua creyendo que hacían pie, pero el agua era aún profunda. Intentaron volver a la patera, pero volcó. Supongo que sólo sobrevivieron los que sabían nadar hasta la playa", señala el capitán José Osorio, que en 1988 era sargento y ayudó a sacar algunos cadáveres del agua.

"Los supervivientes estaban aterrados".Les dimos de comer y ropa", concluye. "Eran muy jóvenes, menores de 30 años", afirma Sena. "El revuelo mediático fue terrible. En aquella época llegaban pateras de vez en cuando, no había la avalancha de ahora. España era país de paso, querían ir a Francia a trabajar", explica el ex alcalde Ruiz.

¿Por qué no se juzga en un tribunal internacional a líderes políticos incompetentes, que invitan a estas pobres gentes a ir a "paraísos" irreales y dejan sus miserables vidas en el intento o, como mal menor, a llegar aquí y pasarlas tan putas como en su país de origen? Y MÁS QUE MORIRÁN MIENTRAS SUS GOBIERNOS NO HAGAN NADA, SON LOS PRINCIPALES RESPONSABLES DE QUE ESTA GENTE SE JUEGUE LA VIDA.

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