En la mañana del 18 de Marzo de 1978, en un camino de Normandía, François Duprat (37 años) muere en la explosión de su vehículo y su esposa será gravemente herida y mutilada.
Su asesinato será reivindicado por el “Commando du Souvenir” (”Comando del Recuerdo”) que termina su comunicado con un “¡No olvidemos Auschwitz!”.
Con ocasión del 26º aniversario de la muerte de François Duprat, considero de suma utilidad recordar quién fue. Máxime en una época en la que el movimiento nacionalista tiene una memoria particularmente corta.
François Duprat fue ante todo un militante, siempre. De Occident al Front National, pasando por el GUD o el Ordre Nouveau; siempre se veía a Duprat donde las cosas pasaban.
Pero François Duprat era también un ideólogo, se le puede considerar además como el teórico principal del nacionalismo revolucionario moderno. Y en el instante en el que los nacionalistas comienzan a dividirse discutiendo sobre “quién es el enemigo principal o secundario”, las posiciones vanguardistas de Duprat deben hacernos reflexionar.
Activista anti-izquierdista de primer orden, es también uno de los que impulsan al FN, durante los años 70, a posicionarse contra la inmigración. De hecho, en esa época el problema de la inmigración ya era bien real aunque no tan agudo, y ciertas personas en el seno de la derecha nacional, por reflejo colonialista, no encontraban útil el rechazar las poblaciones originarias de las antiguas colonias francesas.
Duprat, frente a todo el mundo, denunciaba los riesgos de la inmigración sobre la identidad de los pueblos europeos. Se le podrán reprochar cosas, pero no la de carecer de una visión clara de futuro.
Pero lo que era destacable en Duprat, era esta capacidad de analizar los fenómenos sociales y de analizar profundamente sus causas. Y para él, denunciar la inmigración no era suficiente, quería también denunciar las fuerzas que la estaban provocando.
Y él no vacilaba en calificar a esas fuerzas del dinero cosmopolita : el gran capital apátrida y vagabundo…
Había desmontado las ruedas de un mecanismo que tenía diversos fines: mano de obra barata, mestizaje de los pueblos, destrucción de las particularidades nacionales y del potencial espíritu de resistencia que mana de allí, preparación para el mundialismo, etc…
Y aunque Duprat era bien consciente del interés de una gran fuerza política electoral como el Front National, en la que participaba con los Groupes Nationalistes Révolutionnaires (Grupos Nacionalistas Revolucionarios) como “corriente”, no descuidaba la formación de cuadros revolucionarios. Su formación como historiador y las numerosas obras de referencia de las que era autor, le ayudaron enormemente en esta tarea.
Cabe preguntarse dónde estaría el movimiento nacional en Francia y en Europa si no lo hubieran asesinado. Y sus asesinos sin duda conocían su valía y por eso decidieron eliminarle a él y no a otros mucho más conocidos mediaticamente.
Porque es indispensable recordarlo: François Duprat era uno de los nuestros y fue asesinado por ello. François Duprat era uno de los nuestros y sin él, nuestras ideas estarían ancladas en esquemas pasados. François Duprat era uno de los nuestros y sus asesinos no son de la chusma de los suburbios, más bien de aquellos, a los que algunos de nuestro entorno miran hoy día con ojos tiernos.
Pero nosotros queremos tener larga la memoria y dura la dentadura.
Y nosotros no olvidamos qué fue Duprat: anti-imperialista pero también pionero de la lucha contra la inmigración. Y nosotros no olvidamos tampoco quién lo asesinó y porqué.
En todo caso una cosa es segura: ¡Él creó escuela! Nuestra existencia y nuestra concepción del mundo son la prueba.
Hervé Van Laethem - NATION
Extraído de VoxNR y traducido por La Bandera Negra
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